Gracias, Cristina.
Recién ahora tuve la oportunidad de ver el vídeo, y leer vuestras aportaciones.
“¿Qué me hizo bajar la guardia?” La pereza, la desidia, el hartazgo… o simplemente el desconocimiento de que debía estar en guardia.
Julieta, en el video-encuentro y dentro de un discurso más amplio dijo “nos da miedo no tener razón”. Creo que es una reflexión importante a tener en cuenta. Tiene mucha relación con el sesgo de confirmación y, a la vez, con una cultura competitiva y poco colaborativa. Someter todo a la duda… cansa. Dedicar tiempo a desmentir, a explicar, y subsanar… cansa. Es un acto de generosidad al que no todos estamos acostumbrados. Por otro lado, mientras alguien se encarga de desmentir, otros siguen avanzando…
Reflexionando sobre los comentarios y sobre mi propia experiencia, creo que una consecuencia de todo esto es el aislamiento que desemboca luego en la polarización. Ante el trabajo que implica no ser engañados, algunos individuos se inhiben de opinar y dejan el espacio de debate a otros, propiciando, sin darse cuenta, la falta de matices, la falta de grises… Si para todo lo que se quiera leer hay que dedicar un tiempo de verificación, es posible que se deje de leer.
Recién ahora tuve la oportunidad de ver el vídeo, y leer vuestras aportaciones.
“¿Qué me hizo bajar la guardia?” La pereza, la desidia, el hartazgo… o simplemente el desconocimiento de que debía estar en guardia.
Julieta, en el video-encuentro y dentro de un discurso más amplio dijo “nos da miedo no tener razón”. Creo que es una reflexión importante a tener en cuenta. Tiene mucha relación con el sesgo de confirmación y, a la vez, con una cultura competitiva y poco colaborativa. Someter todo a la duda… cansa. Dedicar tiempo a desmentir, a explicar, y subsanar… cansa. Es un acto de generosidad al que no todos estamos acostumbrados. Por otro lado, mientras alguien se encarga de desmentir, otros siguen avanzando…
Reflexionando sobre los comentarios y sobre mi propia experiencia, creo que una consecuencia de todo esto es el aislamiento que desemboca luego en la polarización. Ante el trabajo que implica no ser engañados, algunos individuos se inhiben de opinar y dejan el espacio de debate a otros, propiciando, sin darse cuenta, la falta de matices, la falta de grises… Si para todo lo que se quiera leer hay que dedicar un tiempo de verificación, es posible que se deje de leer.